LA GATA CLEOPATRA Y LA SIESTA
La gata Cleopatra no quería dormir la siesta. ¡Quería salir a jugar! El día estaba lindo y soleado. Tenía que salir sin que la descubriera su mamá. Miró por todos lados. No había nadie. Saltó por la ventana. En el camino se encontró con sus amigos y todos salieron a jugar: persiguieron ratones, anduvieron por los tejados, se tiraron en la arena y le robaron atún al pescadero ¡Se hacía tarde! Volvieron todos en punta de patitas. Cleopatra se hizo la dormida. La mamá la acarició y le dio un beso grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario