lunes, 24 de octubre de 2011

Beatriz Minichilo-Buenos Aires, Argentina/Octubre de 2011

AQUELLOS, LOS AUSENTES

A veces
me escarbo la piel
y no me encuentro
en esa extraña certeza
que tengo
ahora
que puedo palpar
mis ausencias
una  a una,
como quien enumera
los detalles de un paisaje
y se me abroquela la voz
cuando sé
que hay personas
queridas
a las que ya no puedo llamar
porque no vendrán.
Me siento inválida
de mi y de los otros
atada a un hilo
invisible
que no alcanzo
pero sé que está allí
tenso
en la espera imposible
del tiempo que pasa
y me deja
como un río
que no se detiene
aunque corra tras él
con mi soledad
en los brazos
como un hijo muerto
al que ni siquiera
tengo el consuelo
de poder extrañar.

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