REINA DE REINAS
No te alejes de mi lado preciosa criatura mía;
Palabras que
pronunciaste el día de mi partida.
Los ruegos nada
valieron, pudo más la terquedad.
Partí a lo
desconocido renegando sin cesar,
Obtuve grandes
elogios en ese mi trasegar.
Frutos la
vida produjo, la bolsa logre llenar…
Sin embargo
carecía del afecto verdadero,
El que
provee la vida sin esperar ningún premio.
Abatido en soledad,
planes hacia para verla…
Volver prontito
al hogar, pedir perdón por mi ofensa,
Ofrecerle un regalito para quitarle la pena;
Eso seria
fabuloso la libraría de cadenas.
La vida
ofrendo completa para que así, yo existiera;
Merece todo
el esfuerzo, al fin y al cabo es la
Reina.
Correr
ligero a abrazarla, no debe pasar más tiempo,
Debo decirle
poemas que tengo en el pensamiento,
Esos que
siempre he pensado. Ha llegado ya el momento.
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