lunes, 20 de julio de 2020

Ofelia Capodacqua-Argentina/Julio de 2020






Dos cuerpos

Los encontré helados de frío      tiritando
en la noche lluviosa       patética
en el refugio de un zaguán cubiertos de harapos

Los encontré en la mañana de niebla
limpiando vidrios en calles peligrosas
dos cuerpitos rogando una moneda

Los encontré ofreciendo flores
frente a coches suntuosos

Los encontré sin saber que de mi alma
ya nunca se borrarían... heridas latientes
Con manos unidas mi voz tiritaba una oración
y helada me preguntaba por qué

Los  encontré comiendo migajas
de  manos de un patrañero maestro siniestro
Siniestra calle de corrupción      camino al desvío
De la imagen de la justicia         la balanza cayó
De sus manos   pájaros heridos
caen al abismo como mi corazón  

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