sábado, 22 de agosto de 2020

Martha Inés Vélez-Colombia/Agosto de 2020


GOLAIATHA LA GATA DE CASA

No es rumor ni malas lenguas,
puedo dar fe de esta historia,
porque al momento presente
me asiste buena memoria.

Pues… Golaiatha la gata
anda tomándose largas,
sale a las diez de la noche
y regresa entrada el alba.

Así como van las cosas
Viene perdiendo el pudor,
pidió salir en la noche
desafiando el crudo invierno
y hasta su reputación.

Cosa por demás extraña
En su manera de ser
Sin vergüenza ni recato
 llegó al filo de las cuatro
de un gélido amanecer.

La gata pescó un resfrío
Y no cesa de toser.
La dueña preocupada,
en colapso y asustada
dice que va a enloquecer
por esta joven y doncella
que además de casta y bella,
está en edad de merecer.

De sus antiguos candores
Ya es poco lo que hay que ver,
 tal vez está enamorada
y no se sabe de quién.

Es una gata soltera
Con la cabeza en los pies.
Pensando cosas banales,
Salida de sus cabales
Ya hasta dice que son tres.
¡Aquí no hay nada que hacer!

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