jueves, 20 de agosto de 2020

Rodolfo Leiro-Argentina/Agosto de 2020


CICLO

Cuando acabe mi ciclo inexorable
y se estalle mi póstumo latido
lo que fuere mitral de mi sentido
habitando mi pecho insobornable,

bordará mi bonanza, indevelable,
el coraje sensual de lo que he sido
y quedará mi sueño convertido
en ritos de asonancia inolvidable;

tal vez, la luna amiga y venerable
que fuera mi romántica incurable
en el tiempo de un hito imperativo
me llame a su recinto inexpresable

y me ruede en su mundo, consolable, como el postrer abrazo de un amigo.

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