Y LA PALOMA VOLÓ...
LA ACARICIÉ SUAVEMENTE.
¿ ME DEVOLVIÓ LA CARICIA?
SU ALETEO LEVEMENTE
ME DIBUJÓ UNA SONRISA...
¿ CÓMO LLEGÓ ? NO LO SUPE.
ERA INVIERNO Y ME MIRABA.
LA LEVANTÉ TIERNAMENTE,
MIENTRAS SU HERIDA LIMPIABA...
¡ LA ACARICIÉ TANTAS VECES!
PENSÉ QUE NECESITABA,
MEDICINA MÁS TERNURA...
ELLA TEMBLABA, TEMBLABA...
CUANDO PASARON LOS DÍAS
Y SU PATITA CURÓ,
LA PUSE SOBRE EL ALERO,
Y LA PALOMA VOLÓ...
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