ODIO
Dicen que odiar
es sentimiento impropio
que amar es lo correcto
y tal vez sea lo justo;
yo odio y aquí lo reconozco:
la prédica verbal
de los burócratas,
a los caudillos,
del poder insolidario,
rebosantes de grasas
sus cuerpitos
en sus autos climatizados,
a los inamovibles,
que rebotan hacia arriba
tras cada caída en apariencia,
yo odio la igualdad
de los no iguales,
la indiferencia
ante los niños sin leche
y pan de piedra,
odio la inercia,
la justificación
la complacencia,
odio al guataca,
odio al servil y sus prebendas,
y sé muy bien que odiar
no es lo correcto,
me pueden fusilar por odiar tanto,
aprendí de Martí
que si no digo lo que pienso
no puedo ser,
un hombre honrado.
DEUDAS AL SILENCIO
Le debo al silencio
mil palabras;
palabras de dolor,
de enfado, de rencor,
de rabia,
palabras espinas,
palabras puñal o lanza
palabras que quedaron
a mitad de camino
entre la voz y la garganta
las no dichas a la amante,
al amigo, al desgobierno,
la verdad no gritada;
por lo inoportuno
del contexto;
palabras suaves, duras,
palabras tempestad y viento,
adjetivos, sustantivo
o verbo
palabras que no dije
por razones disímiles;
paciencia, solidaridad
o miedo,
encallaron en mi pecho
violentas, pausadas
o desprovistas como náufragos
yo le debo al silencio
mil palabras
gracias al silencio
yo me salvo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario