MENSAJERA DE LA OSCURIDAD
Perdí la señal de la cruz
de
mi
misma,
tras cementerios de olvidos.
Entre musgos de tristezas
enterré
arrugados
silencios,
saqueadas caricias de raíz
y el polvo diario de un
límite
ciego
que a tientas, humedeció venenos
en la abismal garganta de
los sueños.
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