GUSTO DE AVELLANAS
Conduciendo el vehículo que me llevaba
a mis cuatro paredes,
Viajé sobre las ruedas de Lenoir
hacia la calle Roquette.
En la cafetería frente al terminal,
observaba a través de las cortinas transparentes
los sombreros que paseaban por la acera.
Traté de notarte entre la multitud
No veía la forma de tu imagen.
Sobre la mesa “Una Pasión en el Desierto”,
En los tipos de Didot, me acompañaba Balzac.
Entraste por la alta puerta de vidrio.
con un ramo de campo en las manos
como si este fuera el primer instante.
Te sentaste a mi lado,
besaste suavemente mis manos.
No dijiste nada, excepto tus ojos.
Me dijeron frases inolvidables.
Tomamos un café, nuestro beso.
con sabor a licor de avellanas.
Regresé a mi Corcel, a la gran avenida,
que me llevaba a la región este.
En mi memoria Delacroix
me guiaba a la Catedral de mi Silencio.
Me quedé muda en la intersección
tu perfume estaba presente en el aire.
Dentro de mi pecho tu voz
Me calmó en el tráfico.
Mi boca con el gusto de las avellanas.
(En “Catedral do Silêncio”, João Scortecci Editora, São Paulo, Brasil, 1996.)
Traducción de Carmem Soek Pliessnig
6 comentarios:
Muito belo! Parabéns pela honraria, Rosani.
Que poema inspirador
As surpresas da vida muitas vezes nos encanta e nos traz lembranças eternas. Me gusta mucho sus poemas.
Bello poema, felicitaciones Rosani !
Que belo Poema de puro amor!
Gracias.
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