La soledad a
cuestas,viviendo en las sombras, hablaba con el viento,con las piedras,dormía
en las secas hojas que formaban un colchón sonoro.
¿A dónde estaba? No recordaba que era Pedro Falueritu.
Era una eternidad ese mundo compartido con los pájaros,con animales extraños.Un tajo en su vida, sus secos sueños olvidados.
La llovizna le recordaba a algo,pero no podía dilucidar donde la había sentido antes.
A veces quería imitar las risas de las aves. Se apoderaba de algunos hilos de los rayos poderosos durante las tormentas para no sentir frío.
Pero siempre la soledad, cruel, perversa . Esos andares en la extensa selva caminando con sus zapatos de rocíos.
Se agitaba en los miedos, pero ¿ En dónde nacieron esos temores? Nada recordaba , era vivir como un fantasma oscuro.
Quería salir de allí, no sabía cómo, pero a su vez temía salir , no recordaba otro mundo distinto a ese suyo .
Aturdido, confundido, los días , las noches sin calendarios.No entendía el por qué de las lunas diferentes , quedaba absorto viendo el viaje de las nubes hasta que se perdían.
Tampoco entendía ese escudo marcado en su pecho. Desencantando como un ánima flotando,siguió caminando, su memoria estaba en llamas. De pronto escuchó sonidos que no eran de los animales que él conocía.
Se oían extraños tambores, instrumentos rituales de una tribu cercana.
El brujo anunciaba que llegaba alguien extraño.
Una columna de esta tribu primitiva, salió en dirección hacia donde estaba Pedro.
Los jilgueros lo acompañaban, se habían apiadado de Pedro, tan solo, tan fundido en la soledad. Todo lo suyo estaba borrado, como piedra pulida por el viento.No había huellas del pasado que reconociera.
Su llegaba a la tribu ,en pasos lentos de pies ajados , frente a una tranquera invisible que le impedía ser ,saber quién era.
Se balanceó y finalmente desmayó frente al brujo.
Un círculo de ramas rodeada a Pedro y al brujo.
El escudo de Pedro relucía más . La luna se despedazó y sembró estrellas en el suelo.
El cuerpo de Pedro de estremeció, su rostro empalideció. El brujo pronunciaba unas frases de otras dimensiones.
Pedro no quería seguir atado a la soledad. Suspiró y se asomó a una luz ,una luz en su mente. Al fin, volvía el recuerdo de su pasado.
La huída, correr y correr disparando, escapar de los tanques de guerra , de los paramilitares ,del frío hierro de las armas. Corrió días y noches, sin beber sin comer, corrió buscando un refugio en la selva , sufrió desmayos , perdió su memoria.
Sin luz , deambuló meses, años, décadas.Se hundió en los sonidos de la selva.
Ahora no sabía cómo volver a su pueblo. Nada sabía de los suyos, quizás lo consideraban muerto...
¿A dónde estaba? No recordaba que era Pedro Falueritu.
Era una eternidad ese mundo compartido con los pájaros,con animales extraños.Un tajo en su vida, sus secos sueños olvidados.
La llovizna le recordaba a algo,pero no podía dilucidar donde la había sentido antes.
A veces quería imitar las risas de las aves. Se apoderaba de algunos hilos de los rayos poderosos durante las tormentas para no sentir frío.
Pero siempre la soledad, cruel, perversa . Esos andares en la extensa selva caminando con sus zapatos de rocíos.
Se agitaba en los miedos, pero ¿ En dónde nacieron esos temores? Nada recordaba , era vivir como un fantasma oscuro.
Quería salir de allí, no sabía cómo, pero a su vez temía salir , no recordaba otro mundo distinto a ese suyo .
Aturdido, confundido, los días , las noches sin calendarios.No entendía el por qué de las lunas diferentes , quedaba absorto viendo el viaje de las nubes hasta que se perdían.
Tampoco entendía ese escudo marcado en su pecho. Desencantando como un ánima flotando,siguió caminando, su memoria estaba en llamas. De pronto escuchó sonidos que no eran de los animales que él conocía.
Se oían extraños tambores, instrumentos rituales de una tribu cercana.
El brujo anunciaba que llegaba alguien extraño.
Una columna de esta tribu primitiva, salió en dirección hacia donde estaba Pedro.
Los jilgueros lo acompañaban, se habían apiadado de Pedro, tan solo, tan fundido en la soledad. Todo lo suyo estaba borrado, como piedra pulida por el viento.No había huellas del pasado que reconociera.
Su llegaba a la tribu ,en pasos lentos de pies ajados , frente a una tranquera invisible que le impedía ser ,saber quién era.
Se balanceó y finalmente desmayó frente al brujo.
Un círculo de ramas rodeada a Pedro y al brujo.
El escudo de Pedro relucía más . La luna se despedazó y sembró estrellas en el suelo.
El cuerpo de Pedro de estremeció, su rostro empalideció. El brujo pronunciaba unas frases de otras dimensiones.
Pedro no quería seguir atado a la soledad. Suspiró y se asomó a una luz ,una luz en su mente. Al fin, volvía el recuerdo de su pasado.
La huída, correr y correr disparando, escapar de los tanques de guerra , de los paramilitares ,del frío hierro de las armas. Corrió días y noches, sin beber sin comer, corrió buscando un refugio en la selva , sufrió desmayos , perdió su memoria.
Sin luz , deambuló meses, años, décadas.Se hundió en los sonidos de la selva.
Ahora no sabía cómo volver a su pueblo. Nada sabía de los suyos, quizás lo consideraban muerto...
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