Hoy
Estoy decidida ¡hoy los romperé! definitivamente los romperé.
No sé cuándo fue que construimos estás cadenas invisibles. Quizás fue poco a poco, eslabón por eslabón. Lo que sí sé es que te atan, te atrapan y se hunden en la piel, a los huesos, a la mente
En esta cueva dentro del frondoso Bosque estamos los tres. Cada uno con sus cadenas invisibles Juan atado a la comida que no sacia, condenado alambre perpetua. Su gordura es mórbida.
La grasa corporal le impide ya los movimientos. Está rodeado de vómito y excremento mal oliente. Salvador con su guitarra. Lleno de ideales que nunca se concretan para volverse a reiniciar de manera continua.
Miles de partituras ya amarillentas, están esparcidas a su alrededor sin concluir, con tinta indeleble. y si la tinta se le acabará, se cortaría las venas para escribir sus inconclusas obras con su propia sangre
Lucía queriendo libertad y hablando, hablando, hablando de ella. Del aquí y del ahora. Ahora que se esfuma al ingerir "la sustancia" que le roba voluntad y mata neuronas
Yo llegué aquí tapada con creencias limitantes paralizantes de" no ser lo suficiente"
"Mis" cadenas se materializa van a fuerza de escuchar una y otra vez voces incorrectas. Ancestros, maestros, familia, amigos ocultos en mi sangre y mi memoria gritando con miedo: no… no... ¡no!! Hoy me levanté del piso y me puse de pie. Miré al sol de frente y el viento me besó la cara. La vida me daba la bienvenida. La belleza se apoderó de mi alma y comencé a caminar hacia la salida. Pero Juan El obeso Juan me decía que quitará sus cadenas y también suplicaron Salvador y Lucia.
Pensé un instante les dije que no podía
"Pero si rompiste las tuyas podrás con las nuestras"
Dices muy bien rompí con las mías, pero esas cadenas son las muestras ustedes tienen que romperlas
“¿Y cómo se hace?" esclavo Salvador y con voz de desesperanza
"No sé", con voluntad y bravura.
Quizás Juan la cosa sea que compartas tu comida y tu Salvador tu música o en querer tanto la libertad que duela Lucía.
Mire a los tres con sumo amor Mientras que ellos se compadecían.
El afuera me llamaba, caminé saboreando los pasos
Me dijeron "maestra" me dijeron" héroe" e hicieron sonar sus cadenas mientras me marchaba...
Pero... yo solo sentí que soy y seré Adriana.
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