martes, 1 de enero de 2013

Teófilo Rojas López-Colombia/Diciembre de 2012

(…) HERMOSA POR SOBRE TODO,
RADIANTE COMO UNA ESTRELLA;
VIRTUOSA CRIATURA SANTA,
LINDA MUJER, LA MÁS BELLA.

Tú en el vientre me llevaste donde tus pasos andaban,
Anhelando  a cada instante el día de mi llegada.
Ese día se cumplió como tal tú lo anhelabas,
Iluminando el hogar nueva luz allí  brillaba,
Tu mano bien me condujo, primeros pasitos daba,
Las palabras me enseñaste y también la carcajada.

Lamento el instante aquel, ese día de la bobada,
Maldito momento absurdo cuando desprecie la casa,
Tú en la puerta sollozabas pidiendo que me quedara;
Con rabia voltee la espalda sin escuchar tus palabras.

El orgullo pretencioso endureció el corazón,
Marche  con los bulliciosos sin importar tú dolor,
Solita  quedaste Reina con amarga decepción.

Lejos del hogar bendito donde crecí con  cariño,
Sé que no has tenido paz  a causa de mi delirio…

OH mi Reina consentida recuerdo cuando de niño (a),
Juntito  con mis hermanos  compartíamos con cariño;
El pan y el agua panela, las uchuvas y mortiños.

Recuerdo ese  mantelito que adornaba aquella mesa,
Ese que bordaste un día con tus lindas manos tiernas.

Malandrinas ambiciones, cuanto sufrir, cuanta pena,
Por andar tras de mi huella tiene inflamadas las venas,
A causa del desengaño vive cargando cadenas.

Tierno (a) nací de bebe, niño (a) crecí entre sus brazos,
Joven fuerte me forme recostado (a) en su regazo;
Adulto (a) salí corriendo a buscar pan y pedazo,
Despreciando sin pensar a mi lindo ser amado.

Pido perdón Reina bella; por esa mi calentura,
Mereces un homenaje. EN VIDA, Mujer bonita.
Más tarde ya para que cuando la tierra le cubra,
He de  abrazarla HOY AQUÍ, y no en una sepultura.

Tengo que decirle sí, que le amo con toda mi alma…
Tú me trajiste a la  vida,
  me tendiste la cama.
  limpiaste  mi colita,
Tú me enseñaste palabras,
Cuido de mí cuando niño (a),
Sano también mis heridas cuando pequeño (a) jugaba.

Muchas noches pasó en vela cuando la fiebre acosaba,
Sin importar tus dolores siempre a mi lado, ahí estabas,
Como he pagado el cariño que con paciencia me dabas;
Malamente me porte, grosero (a) te contestaba.
       
El corazón yermo esta quemante como la braza,
Todo ocurrió por iluso (a) y alejarme de la casa.
Anduve solo (a) en el mundo durmiendo en calles y plazas,
A sabiendas que el hogar tiene tendida una cama,
Con cobijas lavaditas y sabanas perfumadas…

Gratitud por darme vida y con amor  enseñarme,
BELLA TÚ ¡REINA DE REINAS!                                                           
Reconozco tu cariño, brindo efusivo  homenaje,
A ti ser maravilloso, que llevas  por nombre; MADRE.



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