INMOVILIDAD AZULOSA
“El silencio se propaga,
el silencio es
fuego”
Alejandra Pizarnik
He llegado
con mi fardo de dudas hasta la casa cerrada
bajo el rumor atareado de la lluvia. Su silencio ha quebrado mis
defensas. Me escupe salivazos amargos.
Me siento
derrotada en el umbral de la puerta. No tuve armario donde guardar los
recuerdos. Sólo quedaron los olores. Bebo con fruición el aroma de la
madreselva abrazada a la reja, el almizclado del jazmín del cabo y el bálsamo
de las amapolas. Los aromas me hablan. Son olores que acunan el segundero
cuando se queda sin tiempo.
La vida
pasó tejiendo lienzos entre sones de violines y torrentes de sombras. El
silencio se adueña de las sombras. Sombras que hablan refugiadas detrás de las
cortinas.
No
encuentro la llave; es mi oscuro talismán. Mis manos tiemblan impotentes,
vacías, escarchadas…
La puerta
me detiene entre espejos trizados y ramitos de espliego. Es como una lápida que
ensordece los sonidos y no deja más que grises. A veces un gajo de luna en las
noches de dolor. Pétalos de rosas guardados en un baúl olvidado. No logro
juntar las cenizas de los sueños y de las huellas que quedaron en mi tierra
arrasada por el olvido. En esa inmovilidad azulosa, de espaldas a mi casa
rosada, intento irme. Mi corazón, un mar revuelto, un sol frío. Los pies se me
pegan al piso. Siento moretones en el alma. Busco el paisaje de las últimas
horas…tú…ellos…Algo me mantiene detenida en el tiempo…el espejo sólo refleja la
imagen del momento. Temo ser Lot en el desierto de recuerdos inasibles.
Quisiera ser Tsuru, la mujer grulla volando como una sábana sacudida por el
viento.
Perlas
calientes lavan mi rostro. Me voy con mi esqueleto a cuestas machacando
ausencias como sal en el almírez
1 comentario:
Excelente descripción:plena de metáforas, de expresiones poéticas. Un regreso melancólico muy bien narrrado:la felicito!!.
Teresa de Cañuelas-prov. de Buenos Aires.
Publicar un comentario