lunes, 20 de enero de 2014

Lydia Albarenque-Buenos Aires, Argentina/Enero de 2014



EL ROSTRO EN EL ESPEJO
Porqué dejé que me vieras llorar antes de mi boda. Estaba felíz y allí enmarcado en mi cuarto captaste no solo mi cara, descubriste lo oculto en mi mente invadida de miedos. Conoces más del rostro que te muestro. Se te ve transparente y estás lleno de sombras. Me conoces como nadie. Al dedicarte mis horas la vanidad me embriagó: estás en todas partes. Embaucada en el mito de la dulce espera, la maternidad instalósus huellas y tu las delatas. Qué tiene de dulce, si me stas mostrando mejillas hinchadas,, ojeras, cansancio, los surcos muy junto a mi boca le quitaron frescura.Ha pasado el tiempo, dejé de ser joven...¿ eso te complace?
¿ Recuerdas mis labios carnosos, rosados?, los dibujabas con una sonrisa. Hoy se ven opacos y mi boca sólo emite lamentos.¿ Qué ha pasado conmigo?. Me advirtieron de tí y no quise escucharlos- No te esclavises junto a él- decían- no refleja tu alma, solo los contornos que hacen a tu cara. Le hablarás sin obtener sin obtener respuesta, verás su crueldad cuando pasen los años.
No desates mi furia, deja ya de imitarme o recojeré una piedra y de un golpe quedarás fragmentado. No pido, te exijo, busca en lo profundo la imagen de la que te adueñaste, aquella, vestida de blanco con tanta inocencia. Separa el velo de todos estos y rescata mi rostro tantas veces copiado.
No estaré satisfecha hasta verte en pedazos, voy a sepultarte así podré mirarme en las fotos: fiel testigo de la que estoy buscando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno!! El paso del tiempo relatado perfectamente. Un buen disparador para contar la historia el inocente espejo!! A veces el maldito espejo!!