lunes, 25 de septiembre de 2017

Lilia Cremer-Argentina/Septiembre de 2017



Un  cuentacuentos

Me indago, buceo por la venas  laberínticas
de éste mi intelecto,
rastreo, registro, titánico esfuerzo.
Exploro en mi mente, palabras, vocablos,
con igual denuedo. Inútil intento.
¿En qué recoveco de mi hondo deseo
están esas frases, los sentidos versos?
quiero estrujarlos y darles un nido
dentro de mi pecho.
Mis ojos se entornan
como cuando rezo y entonces invoco,
si es que las poseo,
a ésas, mis musas, que dicen acuden
 cual samaritanas del poeta yermo.
Me invaden, me aturden,
las burlas risueñas de mis personajes,
que de entre las hojas asoman,
se mofan, creen que los dejo,
que los abandono por lo más excelso,
por el bello verbo.
Ríndete, me dicen, procura ser sabio,
sobre todo honesto,
no serás poeta, sólo un cuentacuentos.

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