sábado, 20 de junio de 2020

Norberto Ramazotti-Argentina/Junio de 2020


 Alguna vez, un patio entre mil hojas.

Hubo alguna vez allá, hace tiempo,
En un barrio lejano y entrañable,
perdido entre la bruma del recuerdo,
dormido junto a vías y adoquines
y acunado por un coro de acordeones
bajo un manto de hojas derrotadas,
Un patio ,con glicinas y malvones.

Sobre sus viejas baldosas coloridas
Disfrute mi niñez, libre de ausencias.
Reí, llore, corrí, hice mil juegos,
Forje sueños de amor y de fortuna
Y elevándole mil versos a la luna
Que colaba entre hojas verdes, musicales,
Me diplome, al fin, como andariego.

Allí aprendí de faltas, de dolor y de alegría.
De ropas remendadas y de festejos,
De honradez, de sacrificios y de esfuerzo,
Y que un abrazo puede más que cien billetes,
Porque el cariño, entonces, nos sobraba,
Como las hojas de la parra umbría.
Pero el dinero quedaba siempre lejos.

Así me crie, en fin, con esa impronta,
De mirar siempre de frente, con respeto.
Y aunque no escriba a la luna más sonetos
Y no encuentre ya ese patio y sus baldosas
Con su colchón marrón de hojas muertas,
Me reconozco entre malvones y glicinas ,
Como una sombra más de sus esquinas.

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