sábado, 25 de junio de 2011

Abel Espil-Buenos Aires, Argentina/Junio de 2011

VINO

calentador de sangres ,
de hombres de rostros gastados.
deja tu simiente caliente
en la pobreza de mi gente.
ellos beben  muriendo lentamente,
tirados en las calles,
sufriendo la desazón del ignorado.
deja ya ...déjame beber el vino de mi gente ,
que se van yendo en silencio.
                              
el pueblo sufre , el pueblo bebe ,
mientras los locuaces carnívoros
devoran su simiente , su futuro.
dame un pico , dame una pala ,
devolvele la tierra a mi gente...y verás a mi pueblo
reír, con un vaso de vino
entre sus manos , mientras el quejido del niño
que llega ,alimenta la sed de futuro que tiene mi gente.
hermano juntemos las manos
bebiendo vino,
la única sed profunda de los pueblos,
para no morir en la desesperanza.
dame el vino rojo , grueso y caliente ,
que así me voy muriendo en paz.
en el rincón un rostro de niño me sonríe,
mientras una hembra le da la teta
al futuro ,que llega con sed de justicia.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Brutal , emotivo , como siempre llegando al alma Lia

Anónimo dijo...

Abel: un tema por demás entrado en las historias de la humanidad, de los pueblos de todos los tiempos. Mi saludo afectuoso, Laura Beatriz Chiesa.

ALICIA CORA dijo...

Un poemazo de aquellos, felicitaciones Abel. Besos Alicia Cora.

Marta Susana Díaz dijo...

Abel:
Por algo le dicen "espirituosos" a los licores...
Del espíritu a la mente, tu poema deja desnuda la realidad social ¡tan inhumana!

Anónimo dijo...

Sencillamente brillante, como no podía ser menos de manos de un experto conocedor de ambas materias(la poesía y el vino). Abrazo,

Ricardo