Aunque el sol ya trepó los
primeros edificios:
La mañana está fresca.
Las hojas amarillas parecen
brillar más con esta luz.
Todavía no hay bufandas.
Ni vapor por las bocas.
Pero ya se fue el verano.
Se nota en las camperas,
en las caras menos lavadas
y en las luces que siguen encendidas
de los autos.
Todavía no hay hojas por pisar
aún no están pelados los árboles
pero llegó una nueva estación.
Otra vez es otoño.
Y sigo vivo.
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