EL SEPULCRO DE MIS AÑOS
Tus manos
En señal del adiós
Son como dos pañuelos
En corta despedida
Al marcharse el día
Y si están en oración
Son dos luces apacibles
En la fuente de alta mar
Extraviados sin mañanas
En la inmensidad azul
De las aguas cansadas
en su lecho de bondades.
Por eso las amo
Por su eterna compañía
Hasta en horas de nostalgia
O en instantes de tristezas
cuando se junta el nacer
con el oscuro morir
en el negro sepulcro
de la existencia fugaz
sobre la faz del mundo ajeno
donde nadie yace en la tumba;
a diario se alejan del mundo
y sin sentir
hay tantos muertos con vida
por eso en vez del sol
me alumbro con velas
y las flores perfumen mi camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario