PADRE
Hoy quiero
hablarte padre
(Con cinco letras
pronunciado)
No sé porque, de
pronto así
Se me oscurece la
mañana
Entre mis pies que
avanzan
Tu silencio me
pesa carnalmente
Mientras busco tu
rostro entre los rostros
No estas…
Y de pronto, el sol
no está conmigo
Un rugido se lleva
la mañana
Hay
arena en los ojos, los rostros, el asfalto.
He
de hablarte a pesar de todo eso
Porque
tengo la sangre detenida desde un tiempo
Sediento
de tu voz.
No
hay mañana, no hay rostros
Solo
yo que te tiendo los brazos,
Destemplada,
indigente de ti, de espera vana,
Acuciada
en mi sangre, por tu sangre.
Hoy
de pronto, tu sueño me aguijona
Como
sueño entre ambos levantado.
Yo
persigo volcarlo en realidad
Por
tu sombra, tú ascenso, tú alborada
Pero,
nuevo, igual y repetido.
Mi
flaqueza precisa tu pared,
Y
de pronto, el sol no está conmigo
Y
de pronto, preciosamente raptada
No
estas…
Se
registra tu voz en mi abandono
Y
no hay rostros ni arena, solo soplos
Y
comprendo… yo no alcanzo a llegarte
(con
mis pies equivocados)
Y
la sangre sedienta se detiene
En
el marco redondo de ese día,
En
que el trueno y sol se hamacaban
Pero
he de hablarte, padre
En
ausencia, con cinco letras clavado.
Yo dormía en otros
brazos,
Masticaban de
ellos
Cuando pude encontrarte,
después de tantos
Fue conjurar el
absurdo
Necesitar de otros
brazos, otros besos, otros sexos
Para rescatarte en
mi;
Amanecerte de mí,
de mi carne sedienta
Empeñada en
hundirte.
Desierta como este
recuerdo
Yace la tierra,
bajo mi peso
Y cuesta
levantarse, con clavos en la espalda
Sin órganos, sin
verdes.
Pero…
Salvo el presente,
con plenitud de tiempo,
Con prisa hacia el
ángulo
De ti, de mí, de
tres
Sin órganos, sin
verdes
Con dispares momentos
y enclavadas espaldas
Así; con el amor
salvado
Y
desde ningún momento.
Quiero amarte,
Desde donde soy
yo,
Con los largos
silencios que me habitan
Sin ti, sin mi,
sin ninguno.
Acecharte la
tierra de los ojos
Para plantar mis
huesos y crecernos adentro,
Amarte
Con vientre
estremesido;
Un instante, un sollozo,
un abismo
Desatarte la
espera de la sangre
Con mi sueño de
carne pronunciada
Enlodarte en mi
marcha;
Y aquietarte las
manos con mis rumbos
Desde todo, desde
allí, desde mi centro
Hasta lograr tus
pies, tus clamores y tu tiempo
Tus desnudeces
todas
Con
mis surcos nacidos de tu peso.
Porque siempre
tuve tu amor en vigilia
No supe sentirte
De pronto te has
ido, ya no estás conmigo
No sé qué me queda
en el sitio exacto
Donde antes
estuviste
Es un gusto amargo
de soñar vencido
Que me sube lento
hasta mi frontera.
Un sabor desierto
de tierra perdida,
Sin brazos abiertos,
sin cuerpo de nubes
No estas ya
conmigo
No acierto en la
noche
Y todo se entierra
dentro de las sombras
Me sube un gemido
Que mi lengua lame
sin poder soltarlo
Mis pies se
entrecruzan y escarban mis suelas
Desde mi
envoltorio
Sin ti, sin mis
astros
No sé qué me queda
en el justo sitio
Donde
antes estuviste.
Cuando todo ha
perdido su dimensión de vida,
Cuando todo nos
pesa sin reproches,
Cuando se agota el
tiempo sin comprender su huida
Y el aire se
enrarece,
Cuando el amor ha
muerto y lo fingimos vivo
Para no
derrumbarnos, pero su duro peso nos cesaría la sangre
Entonces …
Ya no importa ser
otra
Ni trajinar la
calle levantando los ojos
Ni inventar
necedades, que alcancen a arrullarnos
Porque el amor
terreno,
De sexo y
horizonte nos ha dejado solas,
Porque las voces
siguen y no llegamos nunca,
Y la cumbre se
arrastra
Y los espejos
yacen.
Cuando nos gritan:
Muerta;
Las voces que nos vendieron
vida
Y los hombres se
marchan sin cruzar nuestra acera.
Cuando nos entibiamos
solas para lograr sueños
Y la carne se
arrastra, detrás de nuestras ansias
Entonces …
Todo ya está
perdido, sin soportar esperas,
Y yacemos desnudas
sin rescatar pudores
De ninguna manera
Porque al fin nos
crece
Junto
al desierto, el llanto.
Me pesa toda mi
ternura
Con el peso increíble
de lo que ya no existe
Me pesa porque he
vuelto a estar conmigo
Mas plena, aún
mucho más plena que cuando la tuviste
Marcándome la sangre
con tu ritmo,
Empeñada en
dejarte entre mis ansias
Mi ternura es tu
olvido, que está conmigo,
Medida con tu vida
ha vuelto a mí,
Regresa hasta mi
fuente, con tu acopio,
El que le diste
para hacerla tuya,
Como pesa en mis
manos, mi ternura
Ya no puedo librarla
con tu incendio
Regresarla a tu
sangre, ya no puedo.
La retornas a mí, con
tu cadencia
Sin medida de
todo, solo mía.
Y
no es mía, ni tuya, mí ternura…
Desterrada de ti,
navegas sola,
En la siesta sin
sol de tu universo
Te encrespas en el
seno de tu ola
Y callada retorna
a tu uso.
Te estremece el
son de lo infinito
Descreída te
guardas tus aromas
Te apasiona el amor
que no retornas
Y te brindas aun
desmesurada
Es un faro el que buscas,
yo lo siento
Porque tiene dolor
de oscuridad
Sin sentir que tus
luces vibran tanto.
Seguirás en tu
ruta, silenciosa
Con tu amor
infinito y desbordado
Como
tu: desgarrada y absoluta.
No podrán
rescatarme con palabras
De este dolor
insomne de estar viva
De este dolor
llagado de mis manos
Que han escarbado
todo mi consuelo
No podrán
enseñarme en el olvido
De sorber ya la
sangre de los otros
Y mezclarla a la
sombra de mis dedos,
De lanzarme desierta
hacia la nada
Extendiendo los
brazos sin figura;
De aplastarme en
los huesos de los otros
Buscando mi
cimiento y seguir sola
De llegar las
palabras sin sus dueños
Y responder en ecos
silenciados.
No podrán
rescatarme en mis destinos,
Que acribillaron
ya en mi ensueño
Porque el dolor
desierto de estar viva
Ha
respondido a todo sin clemencia.
No he de alzarte
hasta mí
¡tú no comprendes!
Son mil muertes en
mi las que te ofrezco
Conducirnos, me
siembra tantos llantos,
Que mis ojos en tu
navegan solos,
Queda allí, será
tu tiempo
Es el mío también…
Yo anido sueños,
desmenuzo el aire por las noches
Mientras sigues
marcando las veredas
¡hay cordones tan
altos entre ambos!
En tus verdes no
mezclan mis azules
Si te alzaras, tus
plantas quedarían
Queda allí,
Tal vez me
encuentres…
Lo infinito apresa
lo vivido
Si me miras
tendrás tantas estrellas, que sus luces talvez te cegarían
Yo no enciendo antorchas…
las recojo
Volviendo a mi
hoguera.
Alzo el fuego,
dejé correr la sangre
Intentado
inundarte en tus reservas
Tu no comprendes…
El silencio recoge
tantas voces,
Estarás entre
ellas, por mis venas
No he de alzarte
hasta mí,
(serás tu solo)
No
pudimos llenar un tiempo nuestro.
Entre el tiempo de
vivir
Me estoy muriendo
Son cercanas las pisadas
que acongojan las estrellas.
Cae el aire entre
las manos, y no salvo mis recuerdos
Sigue el adiós
entre mis pliegues
Pero hundo aun la noche,
que sin ti
No sueña sola.
Es el tiempo de morir,
marcando vida
Pero debo disolverme
entre mis sombras
Para alzar el pan fecundo
hasta mis ojos
No descubro, no me
siento.
Y caminan mis
entrañas sin destino
Ancho el mundo, no
me acoge
Porque el tiempo
de vivir siembra cegueras
Entre el tiempo de
vivir estoy muriendo,
Sin estrellas, sin
temores,
Con el diente cotidiano,
gris oscuro
En mis poros
filtra el aire, queda el barro.
Si
pudiera disgregarlo entre poemas.
Durante treinta
lunas
Yo anduve por
entre cada acera
Mudamente me
asombro
Durante treinta
lunas
Yo anduve, anduve…
Sin detenerme nunca
Pero hoy me
detengo,
Porque el dolor me
llama
Tras tu muda
replica
Mientras duró el
silencio
Pude crear auroras
Que desvarían
sueños
Desde nuestras distancias
Estas mismas
auroras, que renuncio vencida,
Porque ya no
amanece.
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