¡Lluvia
en pastelitos!
Vuelven a
mi mente,
otra
lluvia,
mojando
mi cuerpo.
En esa
lejana catarata
de
vivencias y huellas borradas.
Por otros
calendarios,
allí,
justo
allí donde mis sueños.
Tenían
matices de un arco iris,
que no
podía alcanzar.
Esa
bendita lluvia,
de mi
Dios,
cantaba y
bailaba
esa niña
menuda,
tan
soñadora.
Hoy
me he quedado,
adormecida.
Pues, la
niña escapó.
A jugar
entre sueños,
¡con los
pastelitos de la lluvia!
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