Ultima
Luz
Se agita
casi sin culpa
con decibeles
inaudibles,
se derrama
como pecho de
madre,
leche recién
parida
que apenas
crepita
y se quiebra
olvidada de sí,
envuelta
en su propia
matriz,
protectora de un
ser
que allá, en su
oquedad
abre los brazos y
tiembla
desplazando el
tiempo
hacia atrás,
hasta el polvo
gris
que lo aguarda.
Hueso, ceniza,
aire,
ni siquiera
piedra,
solo olvido,
último gesto
donde la soledad
no alcanza,
ensayo
de un atisbo de
perdón
por ese día nuevo
que se le niega,
tierra seca
esperando,
fuego de
consumición,
dolor compacto,
miedo
del cuerpo inerte
obligado
a desertar de su
esencia,
aunque su boca
se desdoble
en un grito
buscando la paz
que se extingue
en su propia luz.
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