martes, 24 de julio de 2012

Oscar Alfonso Vera-Buenos Aires, Argentina/Julio de 2012

 Organito
Entre tango y Calesita


Organito de mi puerto, de mi barrio, de mi aldea
fuiste rey de los bailongos de malevos y arrabal,
cuantas veces en las tardes de frondosas primaveras
animaste los bailongos con chamuyo y de percal.

Te trajeron a mi patria dos hermanos con cariño
Pascual La Salvia, y su hermana, te dieron vida, compás,
fuiste el difusor del tango con manivela y cilindro
siempre algún organillero hizo al arrabal vibrar.

Cadencioso en conventillos con la paica y el garufa
fuiste pinta y compadrito, corazón y libertad
organito de mi infancia que en calesitas pitusas
alegraste a los pebetes, calle, tierra y lodazal.

Fuiste capo en los bulines con tu son aletargado
viniste de los suburbios, o de un puerto a divulgar
los delirios embrujados de tu ritmo acompasado
con tus cortes y quebradas, fuiste un digno cachafaz.

Es por esto que te extraño, organito enamorado
de una  hembra bien diquera, en un bailongo fulero,
con tus ochos garuferos, en suburbio endemoniado
hice astillas mis tamangos, y me brindé con esmero.

Organito de mi vida, que en tardes de calesita,
entre tango y melodía yo me sentía volar,
y tomado de la mano de mi madre mi “viejita”
junto a los pibes del barrio, allí, allí yo aprendí a soñar.


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