lunes, 23 de mayo de 2011

Agustín A. Argüello-Buenos Aires, Argentina/Mayo de 2011

Punta de la napia rosada
Rosácea el alma en llamas
Y que ya no hay norte
Ya no hay por hoy tantas cosas.

Se dejan abismales cifrados códigos
que acompañaron por un par de décadas
un mecanismo en harapos desamorados
Hola? Dijo uno al pasar
Bienvenido el amor, tranquilo... podés pasar.

Miradas pillas sin manzanas firmes
Las prefiero pomposas, masticadas y sensibles

Y el norte se halló nuevamente
recalculando porcentajes y negociando
dejando entrar sin salir
recibiendo de por sí, en sí tal vez.

Enarbolado será un brazo
escoltado de amor que arde
tan olvidado uno lo pudo tener
pero tan despierto vive e invade

Una habitación me observa vislumbrar una invasión
Cierta musa tremoleando va
Encarnando en carne caminada, curtida
que está esperando el premio mayor.

Bella pulcritud se acerca nomás
anhelada, sexy musa serás también
miradas pillas devueltas recaen en mí

Será mejor pertenecer a un canal toda la vida.
Quién te dice? Quién pregunta?
Después de todo no se si seré uno más.
Pero uno seguro.

Uneando entonces el mecanismo se erige
Ya despierto palmea el atado y arranca
y la musa lo mira adormecida, bella
La espera una infusión con lo mejor de uno
De jugador de toda la cancha
de cumbieritos estudiantes
ya no hay más almita en pena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un poema, distinto, original diría, fresco.

Está bueno Agustín!!!


Te saluda Josefina

no tan anónimo dijo...

hermoso!