Humanidad
Yo no nací de mujer
temerosa;
atravesé la noche.
El alba respetó mi
nacimiento,
también respetará
mi ocaso postrero;
a la primera hora.
Soy testigo de
historias y libros,
he leído palabras
que
descienden de
nobles espíritus.
No caeré en los
muros de la frivolidad,
ni en juego de
palabras…
ofrecen
fascinación,
desarropan lucidez.
Un ángel agónico
cae emocionado,
el hombre dice
verdades.
El día del prodigio
entenderé
la compasión.
Sé que hombre,
mujer y árbol
dejan huella en la
ladera…
como en la
exacerbada
palabra de
la humanidad.
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