lunes, 21 de octubre de 2013

Ángel Catalano-Buenos Aires, Argentina/Octubre de 2013




¡A ESCRIBIR...!

           Cuando uno lee, se entera, de lo que piensa o pensó el otro. Y va acumulando conocimientos, en este caso, cómo escribir.
          ¿Cómo comenzó esta tarea? ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Y los distintos signos?
           Los Asirios con sus cuneiformes, los Aztecas, los Egipcios, los Fenicios... tantos.
 ¿Sí...?
          Ahora  escriben los que investigan, los que se embarcan en la ficción con tantas novelas, los que cuentan la historia,  los que interpretan el amor y nos lo transmiten en poemas  –aunque todo sea un cuento-  Hasta que llegamos nosotros y aprendimos a escribir y expresar nuestros sentimientos ¿Y cuando nos íbamos lejos y escribíamos a casa? “Querida Mamá...” ¿Se acuerdan?...
          Es Preciso recordar que es inmenso el catálogo de temas, que habitan en nuestra imaginación, y algunos sentimos como una necesidad de escribirlos, sin pensar, en todo lo que fue necesario hacer, para que esta convención que son los signos, nos permitieran plasmar los pensamientos de esta manera.
         Podría suponerse que la confidencia es fácil de definir, basta con crear un clima, que surja una pregunta, que nazca la confianza, etcétera, los silencios y el pudor también ponen su parte, empero, quiero contarles algo ¡Cómo me gusta escribir y cuánto me cuesta aprender!...
         Por favor, no se lo cuenten a nadie ¡Y menos por escrito!...

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