EL DIARIO DE UNA
SENTENCIADA
Lunes 27 de Mayo de
1950.
Por primera vez escribo en un
cuaderno común y corriente lo que será de aquí en adelante mi diario de vida.
Antes de la semana pasada creía que
esta forma de vaciar nuestras intimidades en una hoja de papel, era cosa de
gente débil e ignorante. Pero ahora me doy cuenta, que es el mejor amigo que he
podido encontrar. Le escribo acerca de todas mis cuitas y él no me contesta, ni
me reprocha. Es el amigo ideal. Y lo he decidido, hoy es el primer día de lo
que me resta de vida.
Martes 28 de Mayo
Ayer no me atreví a escribirlo todo,
tenía miedo. ¡Claro que sí, mucho miedo! Debía de alguna forma, resignarme a lo
que no tiene solución. Estoy sentenciada, por decirlo en forma simple, moriré,
con suerte dentro de tres meses. La semana pasada llevé todos los exámenes al
doctor y el diagnóstico fue claro y preciso. Tengo un cáncer avanzado. Sin
embargo, el profesional me asegura que, con un medicamento que debo tomar
diariamente, no sentiré dolores, sólo un progresivo debilitamiento hasta el
final, en que del sueño pasaré a mejor vida.
Jueves 30 de Mayo
Ya lo tengo decidido, nada de
testamento, legados, ni siquiera mi última voluntad. No estaré presente cuando
mi familia llegue y se lleven a tirones cuanto encuentren y se peleen entre sí
los que se sientan desfavorecidos. Solamente me preocuparé de mi funeral. Ser
una mujer emancipada y haber tenido un buen pasar económico, tuvo sus
compensaciones. Por supuesto que sí, conozco casi todo mi país, por tierra. Le
tengo pánico a los aviones. Mi profesión me dio la oportunidad. Siempre estuve
rodeada de gente que me hizo la vida encantadora y con quienes no tuve empatía,
sencillamente me alejé discretamente. Deseché el matrimonio, porque consideré
que mi libertad era más valiosa. Tener hijos sin casarme. ¡No, eso nunca! No
porque me importe la crítica ajena, muy por el contrario, sino simplemente
porque no tuve la suerte o desdicha, de amarrarme a un hombre que me
convenciera que el matrimonio era para mí, el estado ideal. Siempre consideré
que para tener hijos hay que estar casada. En todo caso, de sexo y de hombres
sé bastante.
Domingo 2 de Junio.
Ya hace como una semana que lo sé,
moriré dentro de poco. Prometo no mencionarlo más. Todos tenemos que partir.
Unos antes y otros después, yo estoy de las primeras. Pero en este punto de mi
vida no tengo nada que me impida disfrutar del tiempo que me queda.
Allá vamos, he tomado un vuelo que
me llevará directamente a Inglaterra. Partiré a mitad de semana y aunque siempre
he sentido pánico de viajar en avión, ahora es distinto. Iré confiada que estos
tres meses los viviré intensamente.
Martes 4 de Junio.
Voy en pleno vuelo, es de noche y
las personas que están cerca de mí, roncan como si estuvieran en un aserradero.
En realidad no me molesta. Yo no tengo sueño y si durmiera perdería este
momento de intimidad contigo, mi querido diario.
¿Sabes que hasta el genio lo he
moderado? Al revisar mi cartera, olvidé sacar mis tijeras de emergencia;
aquellas que me regaló Julita, una antigua amiga de mi madre cuando yo era
pequeña. La vi desaparecer dentro de un cilindro transparente entre un
sinnúmero de objetos retenidos en el aeropuerto, por ser metálicos y con punta aguzada.
Reconocí que había sido un error
mío, pero en este caso, se me estaba permitido olvidarme de lo que fuera. Por
otra parte, la tal tijera, ya tenía bastante tiempo en mi poder, necesitaba
cambiar de dueño.
¡Qué emoción, voy a conocer Europa!
Voy volando seguramente a muchos metros de altura, pero voy feliz, no tengo
temor. He sentido una que otra turbulencia, pero lo que suceda afuera no me
interesa. Mañana llego al aeropuerto de Heathrow y desde ese momento comenzaré mi aventura.
Por esta noche te voy a dejar para
dar paso al recuerdo de todos los momentos gratos que he pasado en estos
cincuenta años vividos plenamente.
Viernes 7 de Junio
¡Increíble! Mi estado de ánimo es
excelente. Hasta noto que mis mejillas han adquirido un tono saludable y parece
que estoy más repuesta. Pero sin pecar de masoquista, no quiero engañarme. En
todo caso, en estos escasos días he conocido una infinidad de lugares
históricos. Como el inglés lo domino bastante bien, no he tenido ningún dilema
para llegar a las ciudades que he escogido como itinerario.
Domingo 9 de Junio
Me hice amiga, por supuesto que
circunstancial de una “gringa”, un poco mayor que yo. Me invitó gentilmente a una fiesta de gente
de la tercera edad. En esta reunión los asistentes bailan y comparten en un
amplio y elegante salón. Hubo una competencia de foxtrot y con la pareja que me
asignaron, un “gringo” flaco y alto como poste de teléfonos, pero con mucha
gracia. ¡No vas a creerlo! ganamos el primer lugar. Me esforcé tanto que
terminé rendida. Decidí devolverme al hotel. Aprovechando este momento de
intimidad, te cuento que me he sentido tan bien que no quiero soñar, creo que
voy a mejorar.
Miércoles 12 de
Junio
Mañana viajo a España. Primero
Madrid, Barcelona, Galicia, las Provincias Vascongadas, Andalucía, Murcia y
talvez otro punto, para terminar en Islas Canarias. Me vendieron un paquete
turístico a buen precio. Y de Inglaterra me voy feliz. He recorrido varias
ciudades e infinidad de museos. Me llevo de recuerdo todos los folletos y
papeles que me obsequian, para que a mi regreso pueda recordar los puntos por
donde he caminado. A mis herederos les pueden servir cuando se les acabe el
papel higiénico.
Domingo 20 de Junio
Ya casi voy terminando mi recorrido.
Maravillosa España, todo sol y colores. Lo único que no quise ver fue una
corrida de toros. Lo encuentro sádico y apunta a la vileza más oscura del
hombre. Pero forman parte de las tradiciones encarnadas en cada pueblo y para
sus habitantes es normal y lógica. Es la pasión de ver al torero enfrentar a la
bestia en el ruedo. Igual un bife de vuelta y vuelta es bastante rico.
Mejor cambio de tema, como me siento
un poco cansada, te dejo en este punto, para seguirte contando poco a poco,
acerca de mis aventuras.
Domingo 25 de Junio
¡Por fin en París! ¡La ciudad luz!
En un pequeño hotel que mira al Sena y algunos lugares importantes de la
ciudad. Aún guardo en la mente las experiencias hermosas que viví en Las
Canarias. Ese mar turquesa y las arenas limpias y finas de sus playas. Esas
carreteras inolvidables.
No traje cámara fotográfica,
sencillamente porque quiero guardar sólo en mi mente cuánto he visto y cuánto
he palpado en este viaje mágico.
Miércoles 29 de
Junio
He paseado y conocido todo aquello
que antes vi en postales. Increíble, en vivo es aún más bello, es otra la
perspectiva. Incluso hasta los cementerios son sitios turísticos. Mañana estaré
en uno de ellos, por supuesto solamente de paso.
Hoy me preocupé bastante, al sentir
algo que nunca me había ocurrido. Iba subiendo una escala muy pronunciada, mi
pecho se oprimió un poco y sentí un leve mareo. Pero cuando terminó el ascenso,
volví de nuevo a la normalidad.
En la cena pedí un bajativo y más
adelante mientras conversaba con unos pasajeros muy gentiles, alojados en el
mismo hotel, me entretuve contándoles acerca de mi país. ¡Me atreví! Les acepté
un whisky en las rocas y vaya que me sentí bien. Hacía tiempo que no tenía esa
sensación de plenitud.
Pero ya de vuelta en mi habitación,
me siento cansada y el brazo izquierdo me duele; puede ser que el bolsón que
llevaba en ese brazo estuviera muy pesado. ¡Sí! , eso es lo más probable, ya
tengo una gran cantidad de información turística de todo tipo. Voy a apagar la
luz y mañana será otro día de sorpresas agradables.....Adiós mi querido
diario...
Domingo 31 de
Diciembre del 2000
Hoy, doy término a la vida de este
diario que perteneció a mi tía abuela. Por lo que escribió en él, creo que su
final fue imprevisto. Murió en el sueño de un infarto y no de cáncer como le
había pronosticado su médico. Me lo contó mi padre, quien fue a retirar sus
restos a París. Aunque tenía dos días de fallecida, le pareció ver reflejado en
su rostro la felicidad que sentía en esos momentos. Tenía un aspecto de
placidez increíble. Hoy, los dos ya no están, seguramente se habrán reunido en
la Eternidad.
R. ASCENSION
REYES-ELGUETA. (16-11-12).
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