Arrepentimiento y acomodo de ex poetas vanguardistas
ya no tan cabros
Todavía algunos que estaban a las puertas mismas de entrar a la vida adulta
se entregaban a sus escritos. Con creciente desinterés y movidos más bien
por una especie de rutina le iban diciendo adiós a esos paisajes que se
desvanecían, esa sensación más bien. Las necesidades les hacían cortarse el
pelo un poco, no de repente, consultar bibliografías y tratar de asimilar
los conceptos en boga. No tardarían en ver esos escritos hacia atrás, hacia
el pasado, más con alivio que con nostalgia, pensando quizás “de la que nos
salvamos”. Como la joven ciencia abandona el cuarto oscuro de la alquimia
para echarse a la calle soleada. Al menos eso cree
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