HISTORIA DE UNA MANO Y UN PUÑO
El hombre estaba preocupado
Miraba sus manos
No entendía porque a veces las abría estirándolas
Y otras veces las cerraba fuertemente
Las abría para dar, alentar, acariciar, calmar, empujar
Las cerraba para pegar, sufrir, sostener el martillo del trabajo o
reprimir una respuesta, quizás o no, inapropiada
Sin darse cuenta descubrió la diferencia sutil entre la mano y el puño
Preguntó a su amigo más confidente sobre el misterio de ellas
Le respondió que no se preocupara, que la vida
es una sucesión interminable de abrir y cerrar las manos
Depende de estar tranquilos o enojados, en descanso o trabajando,
amar u odiar, comprender o no entender
Como la sucesión de un minuto cuando la enfermera te saca sangre
Y te pide primero que aprietes el puño y luego que abras la mano
Pero como tu tránsito, le dijo el amigo, dura más que sesenta segundos
Habrá una millonada de manos abiertas o cerradas como un puño
No te preocupes, eres un ser humano normal
Deja de mirarte las manos
Pero no dejes de abrirlas o cerrarlas libremente, según sea la ocasión
Es muy sano para ellas y para vos
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