LA GRIETA
Algunos dicen que hay una alcantarilla y, a una distancia incierta, una grieta entre lunfarda y europea en una pared de Buenos Aires, la de las dos fundaciones, y dicen también que en la grieta habita el cantor que volvió una noche y se escondió de nosotros para quedarse y desde ese lugar pedirnos, con el último tango, no siempre el mismo, que busquemos más allá de la frente marchita a la otra, la que el Borges mítico entrevió en medio de su lucidez de hombre solo, tan solo y tan ciego como nosotros, los que no atinamos a dar con la grieta donde el cantor persiste a pura gomina y sonrisa, así, encerrado en su zorzal laberinto, tal vez el mismo que Borges escribió a lo guapo contra los tigres que acechan en la ciudad, donde cada pedazo de hormigón transpira y nos devuelve a los dos, hartos de tiempo, con tanto puerto en sus voces, para que los recobremos tal como somos, contaminados de riachuelo y melancolía, así nomás.
Cuento breve incluido en el libro UNA PALABRA TRAE LA OTRA, Moglia Ediciones, año 2017.-
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