25/7/2025
Hoy hace 41 años que te fuiste.
Fue un martes que justo eran también vacaciones de invierno. Y entonces yo estaba en casa.
Te fuiste y nunca entendí el sentido.
El motivo de que me dejaras sola.
Si yo necesitaba seguir siendo tu niña.
Necesitaba tus consuelos.
¡Poder contarte tantas cosas!
Contarte mis sueños.
Mostrarte mis escritos. Que me siguieras comprando chocolates y trayendo esos libros que comprabas para mí en esas casas de libros que esperaban a sus nuevos dueños de la calle Corrientes.
Todo se truncó. Se esfumó delante de mí ojos incomprendidos de dolor.
Debí crecer en un mundo despiadado donde muchas veces me mostró la tristeza. Justo a mí alma sensible que empecé a escribir para gritarle al mundo sobre mí soledad Sobre la manera que inventé disfrazada en otro para consolar esa alma desprotegida que me mira desde el espejo cada mañana.
Si, es verdad que todos vamos a marchar.
Pero era una niña casi entrando en mí adolescencia. Jamás hubiera pensado en la palabra muerte.
Pero debí golpearme contra una pared.
Así crecí. La cofradía de nosotras 4, el temple de una madre sabia.
El tiempo pasó no fue todo dolor.
Me formé con estudio. Siendo curiosa. Matando horas leyendo mucho y buscando en los silencios la ausencia.
Fui bendecida por la FLIA que formé. Hasta ya soy abuela.
Tengo un hombre maravilloso a mí lado. Que también sabe de ausentes amores de sus mayores. Pero pudo abrazarlos durante más tiempos.
Acá estoy hoy, me levanté recordándote.
Quiero creer que siempre estuviste ahí cuando me caía.
Cuando llegó la noche y me di cuenta que no vendrías a buscarme.
Los días del padre se fueron apagando. Tu rostro. Tu voz intento y no la puedo hallar.
Esa manía de escaparte cada tanto y saberme representada en las mismas cosas que nos unía: la escritura, los crucigramas, el humor, el callejear como aprendiendo el disfrute de las pequeñas cosas.
Me dejaste desabrigada pero supongo habrá sido para que aprenda a vivir sin ti.
Creo que tan mal no hice las cosas. Tan gris no me fue.
Mamá sigue amando a su único amor. Te sigue nombrando como si volvieras.
Mary se ha convertido en una princesa de cuentos. Escribe como yo y también es la sensible mujer que se quedó esperándote.
Gaby formó su familia y educa a peques. Volviendo la infancia a nosotras.
Tenés 4 nietos que hubieran sido tu sueño.
La casa ya no es tu casa. Ajena a nuestras pisadas sombras.
Y hoy, un día como aquel sigo esperando tu regreso. Que sé que jamás será así.
Y por eso, estoy despertando mí día avisándote que aún sigues pegadito a mí alma.
Mir.
Tu hija mayor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario