viernes, 4 de diciembre de 2009

Ana María Díaz Velo-Buenos Aires, Argentina/Diciembre de 2009



Amor


Creer que un cielo en un infierno cabe,

dar la vida y el alma a un desengaño,

esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Lope de Vega


Creer que todo es cielo

no hay infierno,

ni maldad ni agonías.

Que se puede volar sin tener alas

y otros mundos andar,

sin desplazarse.

Que los días grises son metáforas

y los diáfanos espejos del alma.

Que el sol es de oro puro

y la luna reverbera de plata

y siempre se persiguen,

por eso de las luces y las sombras,

pero jamás se alcanzan.

Que en la tempestad

el viento canta

reluce el verde

la lluvia se desgrana.

Que en las noches sin luna

descienden las estrellas en revuelo de nácar

y nos atrevemos a tocarlas.

Que una y uno son el todo

el ensamble perfecto

el grito y el silencio.

Que el amor es eterno, fugaces los amantes

y se reaviva y no se acaba

y lo perdemos…

quien sabe por qué causa.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ana María: al final de las utopías, siempre quedan las realidades. Nada es tanto ni tan poco, son lo que son ya liberadas de los condimentos humanos. Un abrazo, Laura Beatriz Chiesa.

Juan Caceres Quiroga dijo...

Es hermoso cuando los versos divagan amor.
Es palpable el sentimiento desperdigado en cada una de tus palabras escritas. Tu poesía es armoniosa y pura. Gracias por compartirla.
JCQ_

Anónimo dijo...

Ana María !!!! como siempre es una delicia leerte, siempre más y más hermosa tu poesía.

un abrazo Jóse