¿Qué dejaré?
Al sin sentido de la guerra.
¿Qué dejaré?
Después de haber callado tu adiós
sorprendido en la herida de tu angustia,
derribado ante el muro de la ausencia,
vencido en los abismos de la espera,
sangrando a media luz sobre la tierra.
¿Qué dejaré?
En la oración que olvida tu tragedia
ante el Dios que perdona mi violencia,
desangrando tu Dios sobre el altar,
tratando de borrar , inútilmente,
los pecados que piensa que le quedan.
¿Qué dejaré?
Si hoy han puesto dos rosas en mi tumba.
Ahora sé que me fui sin darme cuenta,
que he muerto entre colores desteñidos
intentando cobijar, ingenuamente,
el frío de mi cuerpo y mi conciencia.
¿Qué dejaré?
Sólo soy el fantasma de tu olvido
y ya no puedo sorprender tu angustia,
ni derribarte al fondo de la ausencia,
ni vencerte en abismos mal heridos.
¿Qué dejaré?
Todavía pregunto, sin respuesta,
si viví sobre las horas de tu entrega
o morí en vida, a media luz, apenas,
como viven las dos rosas que me quedan.
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