Monólogo final
Caminas de madrugada,
hollando las quietas cenizas en los surcos de tu vida.
Vas a la orilla donde el juncal reposa lágrimas y rocío.
Cantas
como el cisne
en el postrer minuto
Le gritas al pájaro perdido.
Monólogo desgarrado abejando frutos maduros
Tu cansancio se clava en las aguas marrones
no hay tiempo en el espejo
no multiplica soles
Hablas
contigo mismo
guijarros iluminan colores
Con el ala quebrada
el pájaro agoniza
sabe a primavera
Con tus años a cuesta de cara al cielo velas el sol
1 comentario:
Un cálido poema Lilia muy bueno.
Besosss Jóse
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