ASTRONÓMICAMENTE IMPOSIBLE
La aspirante a escritora casi se muere de un susto blanco, uno de grandiosa astronomía.
No es pertinente lo asumido por su jóven humanidad: semejante asombro ingrato, considerando que pocas veces uno tiene la capacidad humana de evitarlo.
Será por eso que, desde entonces, escribe cada día epifánicos rezos para que sus oraciones no le esquiven la esperanza.
La aspirante a escritora todavía no sabe que las palabras nunca caen del cielo así porque sí y ella se pregunta por qué no...
1 comentario:
Muy bueno Marisol!!!!!!
Beso Josefina
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