entre intrincados símbolos que viajan a la intemperie del tiempo,
y no tenemos fundamentos para aceptar o rechazar su sentencia
aunque poseo los atributos para aplaudirla o condenarla sin remedio:
antes de que la luz del alba abra la boca ordenaremos que le quemen los labios.
Tenéis mi permiso para continuar vuestra estereotipada búsqueda
sobre los restos de las antiguas construcciones que se yerguen sobre la mar,
sórdidas trincheras palpitantes frente al pegajoso barro de los muertos
que por la noche pasean complejas guadañas ratificadas durante el día:
así, para que no te olvides,
te mostraré inalterada la primera palabra para etiquetar el espanto.
Nosotros, los Servidores del Templo, enfilamos abrazos baldíos
en este invierno de andamios engalanados con inacabables tirabuzones,
arrojando al río el petróleo de los fibrosos días venideros
que renacen hostigados entre las reliquias embozadas por los besos:
fue un titánico desafío alcanzar, por fin, el nombre verdadero.
Quiero mi cromo de niño para ensartar las cuentas en el ojo del sueño
que dispara oxidados anzuelos sobre el lomo insalubre del cadáver,
y sabiendo que obtendré, sin tretas, la recompensa a su debido tiempo,
azuzaré el pincel con la extenuante brillantez del imbatible guerrero:
aterciopelados pliegues de amianto florecerán asombrados entre el viento que mece los olivos.
2 comentarios:
Increible?...Te felicito.
FELICIDADES LEO HERMOSO POEMA QUE DECIR DE UN MAESTRO COMO TU , GRACIAS POR ESCRIBIR ,PETONETS
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