sábado, 12 de diciembre de 2009

Mauricio D'Amico-Olavarría, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Diciembre de 2009


Sordera

El nuevo ritmo del son suena espeluznante; metamorfosis armónica de viejos compases claudicados por tanta descompresión.
La sonoridad del ritmo ha sido históricamente huella de los vientos y aludes, pero no así de los volcanes: tan distinguidos señores y sones provocaban eternas vibraciones en aquéllas épocas de primeros habitantes donde algunos eran sordos, esos... los del camino sinuoso de miserias y espantos, aquéllos... que sólo escuchaban su voz interior y no la de los demás. Pero la música viaja: la llevan los nacimientos de risas nuevas, las plumas en su viaje holístico y los mares en sus recorridos alrededor del mundo. Mientras, ellos siguen esperando al indeseado volcán de los pisos que se mueven y provocan fracturas. La música viaja porque es música; así ella, dueña del ritmo y todos los sones, también es reina de los silbidos para aquéllos que escuchan y no son sordos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Cumpa Mauri: festejo esta sordera y tu prosa que, letra a letra, va levantando vuelo.

Toda tu sordero, pero destaco:
"Pero la música viaja: la llevan los nacimientos de risas nuevas, las plumas en su viaje holístico y los mares en sus recorridos alrededor del mundo.".

¡Ah migo D' Amico!

Abrazo y que siga el éxito de tu exposición de esculturas, eh.

Juanca.

Anónimo dijo...

Mauricio: la música viaja como viaja el suspiro, el canto del ave, el eco de la risa pero...y no todas las sorderas son iguales. Un abrazo, Laura Beatriz Chiesa.

Anónimo dijo...

Me gusta que Ud. Mauricio D!Amico nos recuerde que la música viaja desde el principio de los tiempos. No debemnos sordos. Por eso leo en voz alta su bello texto que sabe a música. Lo felicito.
Juan Ennis.

Mauricio D`Amico dijo...

-y no todas las sorderas son iguales- comentò Laura. Cuan cierto no?.
Gracias a los Juancas escritores y a Laura, asì como a todos aquellos que de alguna manera (tal vez no escrita) me hicieron llegar sus comentarios.
A Graciela Pucci, AGRADECIMIENTUS ETERNUS,JAJA.

Anónimo dijo...

Mauri a veces es necesario ser sordo para algunas cosas no? pero no para deleitarnos con la música viajera y con las palabras que nos llegan al corazón o tiene un sentido para nosotros.
Hermoso relato.
Viviana