martes, 23 de julio de 2013

Héctor Labonia-Miramar, Provincia de Buenos Aires, Argentina/Julio de 2013



Polen de las dudas

Entré en una mujer
y no puedo salir de ella.
Quisiera saber si me habita.
Me esparce el polen de las dudas
y los futuros capullos se apabullan,
en la desesperanza de sus tallos
que observan una tierra sin raíces.
Le arrimo aguas con matices
para que preñen la planta y así florezca
en pétalos de ilusiones coloridas
perfumando mi utópica esperanza.
Te invito a mi negra tierra fertilizada
y hundas la semilla de tu esencia,
que los brotes busquen en el cielo,
los pimpollos en nubes abrazados
simbolizando el reencuentro bello
de almas azules, en lozano amanecer.
                        


 Fuimos Un Instante

Eres un alma innecesaria
buscando un cuerpo humano
en este mundo sin vida.
Un espíritu que vaga
entre nubes sin lluvias,
llenas de ácido sulfuroso,
y esferas planetarias
que rotan buscando
su eje, en soles  fríos.
Satélites de la nada
rocas de materia gélida
que apagaron los volcanes
ya sin vómitos de lava ardiente.
Mares y ríos evaporados
dejaron grietas rugosas ,secas,
y hondonadas abismales y sombrías.
El todo anterior ya no existe.
Agujero negro silencioso,
se deglutió el Universo,
que otrora fuera existencia,
iluminada y templada,
 por un Sol que regía todo.
Solo fuimos un instante,
en mil millonarios tiempos.




   Tempestades 

Me invitaste a desayunar
…compartir tu cama,
pero no bebías el té,
y sí, devorabas ansiedades.
Mientras mi mirada
se paseaba por tu continente exterior
 y termina posándose
en el recinto de intimidad secreta,
 que guarda tu espíritu
para nada manso,
pero con alma de amante
 que aflorará en su momento,
y entregará tempestades de pasiones.


   Transvasando

Estás llenando mis huecos,
esos vacíos insondables
que se llevan torpemente,
casi sin darse cuenta,
porque no se sabe
como y con  qué llenarlos,
hasta que se converge
con una alguien desconocida,
que gota a gota, plácidamente,
humedece mis interiores,
transvasando todo su ser,
amalgamándolo a  mi alma
suave y armoniosamente,
convirtiendo esos espacios,
en un estado de euforia
y de irrefrenable encantamiento.
Es la vida nueva que entró
desbordando lo que antes eran,
deshabitadas y silenciosas oquedades
hoy atestadas de un lozano amor.


     Niebla  y  tristeza

Días de niebla y hastío.
Sin la presencia de luz solar
con ese vaporoso dominio,
todo se convierte en tristeza,
tonos de grises nos invaden,
el corazón se estruja
y pulsa una sangre anodina,
las arterias se retraen
y hacen transitar lentamente,
sin empeño, ese fluido vital
acompañando a la mente,
en su depresión disgustada,
por la faltante emisión lumínica
del astro rey escamoteado.
La fuente de vida y alegría,
troca en desierto existencial,
tornando el crepúsculo
en un ocaso angustioso.


   Adivinar el futuro

Miles de incertidumbres
azotan mi cerebro.
Quisiera adivinar el futuro
ahondarme en  penumbras,
transitar ignotas nebulosas,
hurgar en sitios inexplorados,
de desérticos rincones
y  vorágines de la nada,
logrando  traspasar fronteras.
Transformar mi mente
para esclarecer el devenir,
obtener esa magia milagrosa
de algún espacio intangible,
y así encontrar sosiego
sabiendo lo que vendrá.
La duda es, si eso será solución
a mis dilemas vivenciales.
¿O empeorará mi existencia?



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