martes, 23 de julio de 2013

Mirta Gaziano-Provincia de Santa Fe, Argentina/Julio de 2013

Paz

Sensaciones bellas del nuevo ciclo que acompaña,
crujientes maderas de barcazas en los muelles,
zigzagueo de insectos en las luces de los faros,
nebulosa temporal denotando el nuevo día.

Amanece…
y la llovizna acompaña acrecentando
la humedad incesante de ese día.
Herrumbrados cordeles desmoronan cadenas conductoras,
redes y sogas rearman un incesante juego
de jalar y aflojar arriando multitudes de peces coloridos.

Solo el rumor y chillido de las aves,
la mudez o las cortas ordenes de los hombres
tras suspiros o ronquidos indulgentes
dan por sentado que el laborioso día ha comenzado.

Bandadas de aves migratorias dibujan sendas espaciales,
el horizonte brama con rojizos lamparones curvilíneos.

El agua fluye por los costados de las barcas.

Los pies desnudos chapotean en el lodo.

Una mañana más, una cualquiera,
una hermandad de paz en el jornal de hombres trabajando.




Hoja en el viento

Blandos médanos
precipicios encumbrados
roca y arena
grumos, terrones,
barrancas imprevistas.

Inserta en un paisaje irrepetible
ambulo en la larga noche iluminada
por la blanca luna
el aire fresco mantiene mi vigilia.

Mi asombro, mi siembra
solo busca una mirada
una única mirada,
que es la tuya.

Serpentean líneas naranjas
en el ángulo oponente detrás del horizonte.

Cruzan el aire una bandada de caranchos
la variable línea que dibujan sus siluetas en contraste,
contienen mi atención y me distraen.

Tanta Belleza allí en un momento,
tanta dicha y a la vez desesperanza
hasta no hallarte, así estaré,
hoja en el viento!!!

                                 


Los nonos

Relieves sensibles en las vetas de cálida madera,
aristas frecuentes en los bordes afilados,
contornos, hendiduras, realce virtuoso de molduras,
herrumbrados cerrojos, repetición en cadenas,
viejas  llaves en el portal de la casa de los nonos.

Aroma a jazmines envuelven al distraído visitante,
impronta de cercas pobladas de rosales,
susurro del agua de la fuente, trinos, sol
cada cosa es un recuerdo,
cada árbol, mata, camino sinuoso de empedrado colorido
es un nombre, un canto, un pronunciamiento.

Helos allí, en la mecedora,
o alimentando a las aves libres de las jaulas,
están allí, en dulce vaivén de idas y venidas por la casa
con biscochos en bandejas a mi llegada,
con brillo feliz en sus miradas
brazos y sonrisas abiertas para el momento del abrazo.

Y la casa!!! la casa luce tan o mas vieja que sus dueños,
pero abrigada, por los ancianos amantes de la vida.

Sostengo ese candor entre mis manos, pues los amo.

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