INSTRUCCIONES PARA
INCENDIAR UNA CIUDAD
Ama a tu ciudad como si fuera tu sangre
pero no temas
a los cuchillos de las esquinas
porque inevitablemente
sabrán llegar
a tu carne
ama con rabia a sus habitantes
describe sus movimientos
utiliza tu libreta de notas como atizador
lleva un catastro
de todos los desastres cotidianos
que veas al pasar
comprende que la soledad y el dolor
también se reflejan en las vitrinas
sus luces encandilan
al igual que el brillo
que provocan los pisos encerados
de los supermercados.
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No veo revoluciones en las miradas de los pasajeros de este bus
veo democracias tan partidas como la mano de los obreros
que acumulan rabia en las botellas para beberlas en los asientos traseros
veo miradas tan largas como número de cuotas bancarias
dejando en las ventanillas el vaho de los bailes interrumpidos.
Entre tanta libertad --de los mercados o lo que fuera--
quedamos cada vez más presos, como perfecta compaginación
de un libro que se quema
a sí mismo.
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