lunes, 22 de agosto de 2016

Edith Amieiro-Argentina/Agosto de 2016



             TOTI Y SU PERIQUITA

Verde y plumosa llegó a la casa un día,
Arisca como el monte  y en defensa, agresiva.
Toti la fue mimando, aunque cortó sus alas,
Porque el miedo a perderla, le dolía en el alma.
Le daba el alimento, le habló en cada mañana
Y el ave silenciosa, muy quieta la escuchaba.
De a poco, con el tiempo se fueron conociendo
Y la lorita verde  la  papa reclamaba.
Toti le dio en su mano, las más dulces semillas,
Mientras la Periquita inquieta se acercaba.
Con los días de sol se ensanchó la mañana
Y  Toti y la  avecilla se entendían y hablaban.
La soledad sintió que  no era necesaria
Y se alejó de Toti, que quedó acompañada
Por una Periquita, bullanguera y malcriada

Del  libro   CUENTOS  PARA   NIÑOS


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