martes, 23 de agosto de 2016

Eduardo Favio Santiago, 28 años-Argentina/Agosto de 2016



Nombre In-propio

Las lloviznas aromáticas en las repercusiones de un feriado,
marcaban la mejor página de un libro suelto,
con manchadas servilletas de un café demasiado expreso, 
hay vidrios como espadas por toda la casa… otra vez.
Las canciones nuevas necesitan espacio,
frente a la prudencia de un intenso aprendiz
que se encuentra colmado… otra vez.

Por más de un invierno que no llueve, por no sembrar.
Lo que al masticar la savia te produce,
lo que por tu boca recordará,
lo que al sentir el bosque la naturaleza te da,
al mostrarlo todo… otra vez.

Desplegando virtudes en los momentos más precisos.
Abandoné y desistí rápidamente a los sitios que nunca llego
en el abordaje de un sueño,
en el instante que recordaba la promesa de un perfume seco.

La luz empobrecía el atardecer de un suelo blanco,
de un domingo lento.



Se marcaba la gravedad fundiendo espesas líneas,
al profundizar tus pisadas entre vegetación nativa amalgamada,
fina y delicada tormenta de nieve ardía,
difusa en mis ojos fríos de lamentos.
Fue librarme y percibir saludablemente culminar un proceso,
ante las mismas pupilas… otra vez.

Conocer la semilla de una mentira,
de palabras formadas por compromisos necios.
Ella era la más rubia, y él… el más ansiado silencio.






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