miércoles, 20 de noviembre de 2013

Isidoro A. Gómez Montenegro-Cosoloaque, México/Noviembre de 2013

Intersticio nocturno


Las ideas ya no surgen espontáneas,
no existen breves instantes
los malogrados, se esfuman
mis parpados insomnes sienten su pesadez
extrañan la suavidad de tus labios
de aquellos besos no dados
extrañan las palabras silentes
que trasmites en tu mirada
domeñadora en los goces sexuales
siendo media noche.
Mujer de sueños no concedidos,
en la hora del intersticio
enemiga de la donasura de la palabra.
¿Cuándo podré dormir?
Acaso hasta que aparezcas
donde las sombras proyectan
la rica desnudez de tu cuerpo
para convertirnos en cómplices…
delincuentes  en la suavidad del intersticio,
entre las telarañas de la sábana 
o entre las letras de este papel,
deja un rastro en el viento
porque el tiempo no se detiene
despierto siempre sitibundo, fatigado,
con el cansancio del amor.
Espero el envejecer cotidiano
para poder dormir…


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