jueves, 22 de octubre de 2015

Héctor Labonia-Miramar, Argentina/Octubre de 2015






 ALFONSINA

 
Fue caminando lentamente;
pisaba muy suave la hierba
que la acercaba al acantilado,
y se asomó en su borde.
Miró lánguida hacia abajo,
vio la masa de agua
que llegaba rutinaria,
con olas de blanca cresta.
Nada fuera de lo común.
Quedó absorta un momento,
cerró los ojos ,se nubló la mente,
y luego su cuerpo atravesó
el abismo que la separaba
del frío mar que la esperaba,
el cual se abrió al recibirla…
y se abrazó a él… hasta morir.

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