El Cuadro
‘’El largo vestido rojo
le llegaba hasta los tobillos’’. Nombre
extraño para un cuadro, pero así se llamaba.
Hace una semana,
con unos compañeros del taller de arte fuimos a una muestra de Ema, una
integrante del grupo.
En la Muestra todo estaba
muy bien organizado. Abrieron distintas Salas, ya que se presentaban varios
artistas noveles. Cuando entramos en la Sala de Ema, sólo se encontraba un
cuadro.
Su
cuadro.
Fondo negro, el vestido
largo sin un cuerpo que lo sostuviese. Se veían unos tobillos de mujer apenas
cubiertos por la tela roja. Sólo eso era lo que se podía ver: la
luz enfocaba los tobillos pálidos y los pies en puntillas que parecían desear
bailar y lucirse.
Y sin querer, cuanto más se
miraba, veías a una mujer inexistente luciendo el vestido. Te la imaginabas con
cabello negro y ondeado, cuello largo, poco maquillaje, pero todo perfectamente
combinado con esos pies descalzos tapados hasta el tobillo.
Era maravilloso: la
imaginación de cada uno le daba vida al cuadro.
‘’El largo vestido rojo
le llegaba hasta los tobillos’’… así se llamaba el cuadro.
¡Y bien puesto estaba el
nombre!
5 comentarios:
Muy lindo tu cuento,Nora
Que hermoso cuento ! Muchas gracias por compartirlo !
Que lindo cuento Nora!
Mientras el artista preserva su propia historia al plasmar en el lienzo, la imaginación de los observadores termina por dar vida a la obra.
Hermosa descripción en un relato breve. Gracias!
excelente, muy bueno.
Publicar un comentario