miércoles, 20 de abril de 2016

Federico Rivero Scarani-Montevideo, Uruguay/Abril de 2016



LA INSPIRACIÓN POÉTICA        
     Paradójicamente para hablar de la inspiración debo recurrir a ésta; y para comenzar se me ocurre que lo mejor es con las propias palabras de Homero o de aquellos aedos que se hicieron llamar así: “Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquileo; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Hades muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves —cumplíase la voluntad de Zeus—desde que se separaron disputando el Atrida, rey de hombres, y el divino Aquileo”, (La Ilíada, Canto I) El origen de la palabra, su etimología, es: 1- Del latín inspiratĭo, la inspiración es el proceso o el resultado de inspirarse o respirar (hacer que el aire del exterior ingrese a los pulmones, impulsar pensamientos en la mente). El concepto tiene dos grandes usos: por un lado hace referencia a la iluminación que una divinidad o una fuerza sobrenatural aporta a una persona mientras que, por otra parte, el término nombra al ingreso de aire al organismo a través de la nariz. 2- Cosa, persona o deidad que favorece el espíritu creador del artista.

Homero le solicita a la diosa que cante la epopeya; es ella quien lo hará a través del poeta; será su inspiración, su deidad la que narrará los hechos acaecidos en Ilión. Sin embargo habría que diferenciar inspiración de posesión; ésta última se da por medio del “ingreso” de una entidad, por ejemplo un dios, en un sacerdote o sacerdotiza. El ejemplo más claro en Grecia se produce en el famoso oráculo de Delfos donde la pitonisa (sacerdotiza de Apolo que daba los oráculos en Delfos sentada sobre un trípode) era poseída por el dios; la Pitia era objetivo del “entusiasmo” (estar poseído por un dios), similar a los médiums modernos. Esto era considerado como “locura profética”, de acuerdo al investigador E. R. Dodds, en su libro “Los griegos y lo irracional”, Capítulo III, Las bendiciones de la locura, publicado en Revista de Occidente, Madrid, 1960. Siguiendo a este autor, hay otro tipo de locura  y es la “divina” definida como “posesión de las Musas”, (en Grecia había nueve musas que eran las fuentes de inspiración para poetas, músicos o pensadores, entre otros; eran las siguientes: Calíope, la musa de la poesía épica y la elocuencia. Erato, la de la canción amatoria. Melpómene, la de la tragedia. Talía, la fuente de inspiración para la poesía bucólica y también para la comedia. Urania, la musa de la astronomía y las ciencias. Clío, la de la epopeya. Euterpe, la de la música. Polimnia, la de la poesía sacra y los cantos sagrados. Terpsícore, la inspiración para la danza). La creación poética, desde este punto de vista, posee un elemento que no es “tomado” sino “dado”; dice Dodds con respecto al autor de La Ilíada: “Siempre pregunta a las musas qué ha de decir, nunca cómo decirlo, y lo que pregunta son siempre hechos”. Por gracia divina tanto el poeta como el vidente gozaban de un conocimiento vedado a otros hombres. 

Es la Musa y no el poeta el que actúa similar a la Pitia; el poeta no pide para él ser “poseído” sino desempeñarse como intérprete de la Musa en trance. En esto radica la diferencia entre “vidente” y “poeta”. La poesía es entendida como una revelación diferente de la razón y por encima de ésta. Para los poetas románticos la inspiración también era concebida desde la perspectiva griega; era una cuestión de locura o irracionalidad lo que despertaba en ellos el deseo de componer sus obras. También se servían de sustancias alucinatorias para elaborar sus creaciones artísticas, pero estas son un elemento “externo” al igual que la inspiración, no obstante, se diferencian de grado desde su origen natural. En un texto de Charles Baudelaire cuyas raíces son de origen románticas dice: “Existen mujeres que inspiran el deseo de gozarlas y vencerlas; pero aquélla producía el anhelo de morir lentamente bajo su mirada”., (Pequeños Poemas en Prosa, El deseo de pintar, XXXII). El deseo aquí aparece junto a la inspiración; el concepto de deseo es: del latín desidium, deseo  es la acción y efecto de desear (anhelar, sentir apetencia, aspirar a algo). El concepto permite nombrar al movimiento afectivo o impulso hacia algo que se apetece; así el deseo es una cuestión de aspirar como la inspiración, lo que lo lleva a identificarse semánticamente con este último concepto. Los poetas son inspirados, y también hay una cuota de deseo para poder componer sus obras.



Para Freud la inspiración era producto del interior del sujeto; de una psiquis que tenía un conflicto psicológico que no ha sido resuelto o de un trauma de la niñez. Debido a este concepto, los poetas surrealistas se sumergieron en el mundo del inconsciente a través de la escritura automática para construir sus obras.

También la inspiración está relacionada con el estilo, o sea la forma de componer, la huella que deja el artista en la obra que es personal e inimitable; El estilo, como concepto, hace referencia a un conjunto de rasgos específicos de toda composición artística,. En las obras literarias el estilo se vincula con el lenguaje y el modo de componer de acuerdo a una época determinada (Renacimiento, Barroco, Clasicismo, etc.). Sin embargo, el estilo varía, evidentemente, de una época a otra, y es debido a eso que el artista, según su inspiración, elaborará su obra condicionado por la Historia. Dice Octavio Paz:”El poeta se alimenta de estilos. Sin ellos, no habría poemas. Los estilos nacen, crecen y mueren. Los poemas permanecen y cada uno de ellos constituye una unidad autosuficiente, un ejemplar aislado, que no se repetirá jamás. (…)

Moral, filosofía, costumbres, artes, todo, en fin, lo que constituye la expresión de un período determinado participa de lo que llamamos estilo. Todo estilo es histórico y todos los productos de una época, desde sus utensilios más simples hasta sus obras más desinteresadas, están impregnados de historia, es decir, de estilo”, (El Arco y la Lira).

Por lo tanto el artista cuando está inspirado, se encontrará inmerso en un contexto histórico que lo determinará para su creación; la inspiración, se diría que es “independiente” de la época, ya que ésta es una entidad que trasciende lo temporal, mientras que el estilo se ajusta a lo histórico.

El concepto de daimon es variado en Grecia. Para Sócrates el daimon (que sería una especie de inspiración), posee una impronta religiosa, con poderes sobrenaturales; este se situaba dentro del individuo por lo cual le permitía establecer un contacto con los dioses; era una entidad divina situada entre los dioses y los hombres. Esta potencia interior que tiene carácter irracional, según el filósofo, se encuentra dominada por la razón. Sócrates se dejaba conducir por el daimon al cual lo denominaba “una voz profética dentro de mí, proveniente de un poder superior”. Considera que todos los individuos poseen un daimon interior.



Es así que, la inspiración y el daimon, se identifican particularmente por una cuestión de “estado de situación”; la inspiración para el poeta vendría desde “afuera”, mientras que el daimon sería una entidad “interna”; pero ambas comparten algo en común: la posibilidad de que el artista o el filósofo puedan manifestarse en sus discursos con un estilo particular de acuerdo al momento histórico que les tocó vivir.
   Hacia fines del siglo XX y comienzos del XXI, la Ciencia que se especializa, en sus variadas ramas, del funcionamiento del cerebro, ha relacionado la inspiración con la creatividad y la inteligencia emocional. La creatividad ha sido estudiada en aquellos individuos creativos que se encuentran en determinados estados mentales, por medio de los cuales, nace la inspiración. La creatividad es una capacidad de generar ideas innovadoras o conceptos originales, también pude relacionar conceptos o ideas ya conocidos que en ocasiones producen soluciones novedosas. La creatividad se asemeja al "pensamiento original", o al "pensamiento divergente". La creatividad podría ser una habilidad típica de la cognición humana.
   Las personas creativas pueden distinguirse, entre diversos aspectos, en dos grupos distintos: el artístico y el científico. Por lo pronto, la inspiración se articula para manifestarse en los individuos creativos cuando se realiza una función cerebral determinada,  por lo que el cerebro actúa de manera semejante a una orquesta, en donde interactúan varias áreas entre sí. Antes se pensaba que el cerebro tenía zonas exclusivas de funcionamiento hasta que por medio de imagenología se pudo determinar lo contrario.
   Hasta el momento se va relacionando la inspiración con los descubrimientos científicos. Sin embargo, ¿la inspiración poética cabría dentro de estos estudios? También se vincula a la creatividad como efecto de la inspiración al funcionamiento de los hemisferios cerebrales: el izquierdo y el derecho. La neurobiología, ha estudiado por factores biológicos que en su mayoría son debidos a la herencia. La maduración mental corre de acuerdo a un ritmo establecido por los genes;  la influencia del ambiente, tanto social como natural, influye en el individuo creativo. También se ha investigado las relaciones anatómicas específicas entre las funciones intelectuales y los grupos de células del cerebro;  la conciencia del propio "yo", el "subconsciente", el "superyó",  Los procesos de la memoria, el lóbulo frontal y la personalidad, los neurotransmisores, el pensamiento, por ejemplo; todo es tan complejo, que es posible que el funcionamiento de la creatividad como consecuencia de la inspiración, involucre a la totalidad del cerebro y no solo a regiones determinadas del mismo.
Algunas variables frecuentes utilizadas para “medir” la creatividad son:
Fluidez: es la capacidad para producir ideas y asociaciones de ideas sobre un concepto, objeto o situación.
Originalidad: es la facilidad para ver las cosas, de forma única y diferente.
Elaboración: capacidad que hace posible construir cualquier cosa partiendo de una información previa. Por ejemplo: el nombre de un objeto o idea queda en el tiempo a través del lenguaje o de un sistema de comunicación, mientras que el objeto o la idea desaparece, así: la rosa, queda su nombre (generativo), pero la flor (objeto) desaparece, muere se desvanece…
Abstracción: la capacidad de analizar los componentes de un proyecto y de comprender las relaciones entre los elementos que lo constituyen; extraer características de un todo ya elaborado.
Síntesis: lo opuesto a la abstracción; capacidad de combinar varios componentes para llegar a un todo creativo. Es decir, es un proceso que partiendo del análisis de los elementos de un problema es capaz de crear nuevas definiciones concluyentes de la realidad del asunto estudiado. El análisis detalla, describe, mientras la síntesis concluye con explicaciones creativas del funcionamiento de un sistema o un problema. Esto es debido a que la síntesis origina la redefinición al establecer nuevas relaciones entre las partes de un sistema, sea cual sea el ámbito de actuación (social, político, laboral. comunicativo, etc.).
   En cuanto a la inteligencia emocional vinculada con la inspiración, en este caso, poética, implicaría un desarrollo temático que escapa a este artículo. Evidentemente hay una conexión entre ellas, por lo que dejo al lector el final abierto para que profundice en esa temática.
   Una cosa es clara: que la inspiración poética ha sido considerada desde distintos ángulos de estudio y del pensamiento de carácter mítico; a través del tiempo fue, y es vista, como un fenómeno que abre las puertas de diversas dimensiones cognitivas; en cuanto a su etiología, tal vez nunca se encuentre por ser tan inasible como el aire.





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