DECISIÓN
Ha decidido emprender el viaje.
Un tren lo llama, y lo aguarda.
Abrazado al boleto la ansiedad disminuye,
la estación se vuelve hospitalaria,
el andén se convierte en una
oportunidad.
Ahora espera que los rieles sean
firmes lazos hacia la verdad.
Aborda. La butaca lo acoge como una
mecedora.
El silbato suena presagiando
destinos.
Se inicia la marcha. Su corazón se
entrega rítmicamente, con latidos seguros.
Ventanilla abierta. El viento llega
de frente quitándole,
uno a uno, los grilletes que la
ciudad le ha impuesto.
Su memoria huele lapachos, sus ojos
esperan follajes rosados.
Cerros sagrados resguardan su viaje.
Cardones añejos acompañan su noche.
El tren se detiene y el Sol de Los Andes recibe al hijo.
Felicidad. Ha decidido bien.
El Altiplano le revela su
identidad.
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