MUJERES QUE CORREN CON LOBOS
Hay libros que son
fundacionales en la vida de una persona y suceden cuando es el tiempo propicio, cuando ciertas circunstancias hacen
eclosión y se pierden referencias que dejan al desnudo, y abren una brecha de
entendimiento que hace ver la realidad de otra manera.
De esta manera entró en mi
frecuencia “Mujeres que corren con Lobos” de la doctora Clarissa Pinkola Estés.
La autora es poeta
reconocida internacionalmente, psicoanalista jungiana doctorada en estudios
interculturales y psicología clínica. Su obra
ha sido traducida a dieciocho idiomas y es un clásico de importancia
decisiva sobre la vida interior de las mujeres, y es cantadora, guardiana de los antiguos cuentos de la tradición
latinoamericana.
Este libro fue como abrir
una ventana para que entrara la luz. En esa luz acepte mi vida secreta y mi ser femenino, mi
disconformidad, y mi yo creativo. Reconocí todo esto como algo válido.
Vislumbre ese costado
intacto, salvaje que añora la naturaleza esa madre que nos da su potente
enseñanza de la vida-muerte-vida. Porque el gran trabajo es: reconocer en que
momento en nosotros y en nuestro alrededor que es lo que debe morir y cuáles
nacer que es el saber del propio espacio y el de los otros. Es restablecer la
belleza en el mundo, rescatando el espíritu sepultado en tumultos de
prejuicios, odios, miedos ancestrales.
Se posee un poder inmenso
cuando la dualidad es aceptada, cuando la sombra deja de ser el oculto enemigo.
La mujer salvaje que reside
en las entrañas es ese principio femenino que alienta al arte, a la poesía, al
ser creativo. La que nos indica el camino cuando la aprendemos a escucharla, la
que nos levanta cuando todo parece perdido. La que nos hace aullar buscando la
manada y nuestro territorio.
Unirse a ella no significa
desatarse y perder el control, que implicaría poco cuidado y estar muerta de
hambre espiritualmente. Significa aceptar el cuerpo como certeza de sabiduría.
Este libro me ayudo a
reconocer mi camino. Desde siempre junte los huesos que es esto de practicar
meditación, leer el tarot, el I Ching, ser poeta y escribidora de historias, de
tocar el tambor y bailar.
Aceptar esto me llevo a
indagar más profundamente el principio femenino como deidad.
Ahora el fuego de mi hoguera
es el correcto para bailar alrededor de ella, pensar y encontrar y cantar la
canción de la verdad. Mi canción.
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