Vox Dei en “La Boca”
De espaldas al río lo escuché, inclinada en el
trampolín imaginario del puente viejo, buscando perdidamente el olor a humedad
de puerto, la brisa fresca que supo anclarse alguna vez al inmensurable mar de
agua dulce, y besar los pinceles de un tal Quinquela. Miré las copas de las
tipas y lo vi, en el vaivén que hacen las hojas cuando las vacila
el viento. Me dijo que los edificios porteños casi aplastaban las estrellas, y que no me acostumbrara a ver sólo un pedacito de cielo, porque eso era tan mísero como vivir sin techo, pobre de alma.
el viento. Me dijo que los edificios porteños casi aplastaban las estrellas, y que no me acostumbrara a ver sólo un pedacito de cielo, porque eso era tan mísero como vivir sin techo, pobre de alma.
1 comentario:
Muy buena prosa Sol, me encantó!!!
beso Josefina
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